viernes, 4 de marzo de 2022

La guerra terminará

 La guerra tiene un propósito, aveces propósitos egoístas, pero siempre es buscando el control y el poder. La muerte, la escases de alimentos, la perdida de la salud y la disgregación familiar son realidad guerra. Pero todo tiene un fin, y todo esto terminará. La consecuencias y secuelas de la misma siempre son lantentes, ya tenemos experiencia. Es mejor prevenir y dialogar. Mas rápido porque el hombre ansioso de dominio actua al fin. Solo Dios lo detiene. Que Dios nos ayude en nombre Jesucristo.

miércoles, 5 de enero de 2022

La muerte sella nuestro destino


 Lea Lucas 16:22–26. El hom- bre rico despertó en un lugar donde todo es fijo para siempre. No se le permitía nada de lo que deseaba. Y junto con eso, le perseguía recuerdo de todas el las oportunidades rechazadas que él había tenido para prepararse para la muerte.

jueves, 2 de diciembre de 2021

Buenos días


 2 de diciembre. Un año a pasado, casi en su totalidad para reflexionar y dar gracias al Eterno Padre en el Nombre de Jesucristo por todo lo que nos ha dado y dará.



domingo, 28 de noviembre de 2021

LA VERDADERA FUERZA 

Por John David 

¿Por qué hay jóvenes que no logran alcanzar la victoria?

 Jóvenes que han sido criados en hogares cristianos, enseñados en nuestras escuelas cristianas y pastoreados en nuestras iglesias deberían estar bien preparados para vencer. Estamos muy agradecidos por todos los jóvenes fieles que hay entre nosotros, pero nos decepcionamos cuando vemos los fracasos de algunos. Satanás y sus huestes, junto con nues tras tendencias carnales, forman una gran fortaleza que es muy difícil de vencer. No debemos sentirnos satisfechos con que sean pocos los jóvenes que ceden a estos poderes. Las almas que se pierden van encaminadas a la destrucción eterna. iQué podemos hacer para evitarlo? Sabemos que Dios ha dado libre albedrío a cada persona. Nuestros jóvenes necesitan escoger entre Dios y la carne. Nosotros como padres e iglesias no podemos tomar sus decisiones, no importa cuánto deseemos hacerlo.

 ¿Debemos atrilbuir la culpa de los fracasos a los hogares no ideales? iO a la exposición de opciones de la comunicación electrónica? iO será que el problema es causado por las posesiones materiales "En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa, No pondré delante de mis ojos cosa injusta" (Salmo 101:2- 3).

 Consideremos la exhortación a adorar apropiadamente como nos muestra 1 Corintios 14:15: "¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con disfrutarlas? junto con el tiempo libre Todas estas cosas pueden ser muy perjudiciales para la salud espiritual de nuestros jóvenes, pero la verdad es que estos perjuicios los podemos superar a través de la gracia que provee nuestro Padre celestial. "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mun- danos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras" (Tito 2:11-14). El poder del Dios todopoderoso está disponible para vencer, a pesar de los esfuerzos de Satanás para hacernos caer. para. el entendimiento; cantaré con el espí- ritu, pero cantaré también con el enten- dimiento". 

La Biblia contiene muchos ejemplos de tal compromiso para hacer la voluntad del Señor. iSerá que este tipo de compromiso es el elemento que falta cuando el joven fracasa? iSe ha debilitado nuestra adora- ción a Dios por algún deseo egoísta? Un compromiso mediocre no nos llevará a la gloria. Dios conoce nuestro corazón.

 Lucas 9:61-62 nos muestra la falacia de la falta de una decisión firme: "Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que Pero debemos examinar a nuestra generación y no solo a nuestros jóvenes. 

Padres, abuelos, pastores, maestros, examinemos el suelo de nuestra propia vida. ¿Hemos permitido que las espinas del materialismo sofoquen la verdad que hay en nuestro corazón? iHemos permitido que el suelo pedregoso de una actitud de rebeldía consuma nuestro fervor por la verdad? ¿Ha caído la buena semilla de la verdad en el endurecido suelo de la indife- rencia, donde Satanás fácilmente la arrebata? A menos que el fruto del Espíritu esté creciendo en nuestra vida, vamos a encontrarnos en una posición débil para decirles a nuestros jóvenes que tomen su azadón y rompan el suelo duro que hay poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios". Jesús expresó la magnitud de su com- promiso cuando, acercándose a su pasión, oró: "Padre, si quieres, pasa de mí está copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42). iOh, si tan solo nuestros jóvenes llegaran a percibir por lo menos un poco de las bendiciones que un verdadero compromiso puede producir, aun si esto puede en ocasiones ser causa de dificultades! 

Por eso, jóvenes, les decimos: Aprendan a estar firmes. Persistan en la verdad a pesar de lo que cueste, como lo hizo José ante la esposa de Potifar. Triunfen cuando ron los tres amigos de Daniel ante el enfu- recido rey, y triunfaron sobre las llamas. en su corazón. Primeramente sometamos nuestra vida a las podas de Dios y luego ayudemos a nuestros jóvenes a alcanzar la victoria. todos nuestros jóvenes, a los firmes y a los que luchan, itomen ánimo! ¡Sigan en la batalla de la verdad! Si otros fallan, todavía tenemos al Autor de nuestra salvación que nos dará la fuerza necesaria para alcanzar la victoria. Aunque nuestra carne nos parezca fuerte, es pura debilidad aferrarnos a los deseos egoístas a costa de la vida eterna. Por el contrario, la fuerza verdadera está en entregar al Señor nuestra vida y humildemente persistir en la verdad. Cuando vayamos al cielo, estaremos felices de haber hecho e esfuerzo. La Corona te espera, y vas a vencer. 

domingo, 24 de octubre de 2021

¿TE OYE DIOS? 

 ¿Te parece que Dios no te oye cuando oras a El? ¿Qué pudiera ser el problema?

 La Biblia nos enseña que Dios oye las oraciones de los que en verdad son Sus hijos. El apóstol Juan escribió a los cris- tianos, diciendo: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho" (1 Juan 5:14 y 15).

 Sin embargo, Dios no siempre nos con- testa de inmediato cuando hacemos una petición, pues a veces Él quiere que aprendamos la paciencia esperando Su respuesta. Además, Dios sabe cuál es el mejor momento para contestar nuestra oración. 


Cuando oramos, debemos tener la actitud que tenía David, quien dijo: "Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor" (Salmo 40:1). Y debemos seguir el ejemplo de Jesús mismo cuando Él oró a Su Padre Dios, diciendo: “No sea como yo quiero, sino como tú."


Sí, Dios oye a Sus hijos. Pero habría escuchado." esto no quiere decir que Dios oye la oración de cualquier per- Si te parece que Dios no te oye, asegúrate de que hayas sona. La Biblia dice: “Y sabe- arrepentido de tus pecados y que los hayas abandonado. Ase- gúrate de que hayas sido lavado de tus pecados creyendo en la voluntad, a ése oye" (Juan 9:31). sangre redentora de Cristo. Si en nuestro corazón guarda- Busca la voluntad de Dios y cree en las promesas de Dios. Ten el pecado, Dios no nos oirá. paciencia, esperando en Dios con fe. Haciendo esto, puedes saber que Dios te oye y que mos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su mos el pecado, o aun el amor por Salmo 66:18 dice: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me Él hará lo que es mejor para ti. 

jueves, 30 de septiembre de 2021

EL AMOR AL DINERO

 Por Anselmo Fernández Nieblas 

El amor al dinero es la base sobre la que se asienta el auge de los juegos de azar. Si estuviéramos satisfechos con lo que el más se tiene más se desea. Señor nos proporciona, la lotería desapa- recería porque no existirían jugadores. Es más, los jugadores tendrían más dinero porque no invertirían en estas operaciones improductivas. Pero el gusanillo del deseo agazapado en lo profundo del alma incita a jugar a sabiendas de que se va a perder. La duda: ¿Y si me toca? Ante la duda se echa "La codicia rompe el saco", dice el refrán popular.

 Quien lo desea todo lo pierde. He aquí la importancia de recor- dar las palabras de Jesús: “No os hagáis tesoros en la tierra […] Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vues- tro corazón" (Mateo 6:19, 21). Cuando nuestro corazón está puesto en el dinero y en los bienes materiales, ello se con- vierte en un dios que nos esclaviza y nos destruye.

 Lo hace individualmente robándonos la vida eterna. En el aspecto colec- tivo es un dios que destruye socialmente a la nación. La mayoría de los males que padece la sociedad se debe a que su dios mano a la cartera y se compra el décimo a pesar de que sea muy poca la posibilidad de que me toque el gordo de Navidad.

 El hombre sin Dios nunca está satis- fecho con lo que tiene. Si posee un euro quiere tener dos. Si tiene dos quiere tener cuatro. Si tiene cuatro quiere tener dieci- séis. Y así sucesivamente. El corazón vacío jamás está satisfecho con lo que tiene. Los bienes materiales jamás gratifican. Cuanto es el dinero. "Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasa- dos de muchos dolores" (1 Timoteo 6:10).