martes, 10 de mayo de 2022
jueves, 14 de abril de 2022
¿Qué debo hacer para ser salvo?
¿SE HA PREGUNTADO USTED...?
¿Qué debo hacer para ser salvo?
La Biblia dice: “Os es necesario nacer de nuevo" (Juan 3:7). “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia"
(Proverbios 28:13). “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana" (Isaías 1:18). “Si confesares con tu boca Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo" (Romanos 10:9). “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Romanos 8:1).
Explicación: Para ser salvos, todos tenemos que nacer de nuevo. Tenemos que
creer que Jesús murió por nuestros pecados, y tenemos que confesar nuestros pecados a Él. Dios entonces nos transformará en personas nuevas. (Véase 2 Corintios 5:17.) Tal cambio es mucho más que sólo reformarse, pues Dios nos da un corazón nuevo, y empezamos luego a pensar correctamente y a hacer lo correcto.
Que seamos abiertos ante Dios. Dios lo sabe todo; ¿para qué, pues, trataríamos de ocultar algo de Él? Sin embargo, no hay pecado que sea tan terrible que Dios no lo pueda perdonar cuando nosotros lo confesamos con corazón arrepentido. "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9),
Cuando hacemos esto, Dios nos adopta, haciéndonos parte de Su familia santa. Entonces podemos participar de los privilegios especiales designados para los hijos de Dios tanto en esta vida como en la venidera.
(Véase Romanos 8:14–17.)
En Romanos 8:1 leemos que “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús", Dios borra por completo la lista de pecados que estaba en contra de nosotros, siempre y cuando cumplamos con la condición de no andar "conforme a la carne, sino conforme al Espíritu".
¡Estas promesas son para usted!
viernes, 4 de marzo de 2022
La guerra terminará
La guerra tiene un propósito, aveces propósitos egoístas, pero siempre es buscando el control y el poder. La muerte, la escases de alimentos, la perdida de la salud y la disgregación familiar son realidad guerra. Pero todo tiene un fin, y todo esto terminará. La consecuencias y secuelas de la misma siempre son lantentes, ya tenemos experiencia. Es mejor prevenir y dialogar. Mas rápido porque el hombre ansioso de dominio actua al fin. Solo Dios lo detiene. Que Dios nos ayude en nombre Jesucristo.
domingo, 30 de enero de 2022
miércoles, 5 de enero de 2022
La muerte sella nuestro destino
Lea Lucas 16:22–26. El hom- bre rico despertó en un lugar donde todo es fijo para siempre. No se le permitía nada de lo que deseaba. Y junto con eso, le perseguía recuerdo de todas el las oportunidades rechazadas que él había tenido para prepararse para la muerte.
jueves, 2 de diciembre de 2021
Buenos días
2 de diciembre. Un año a pasado, casi en su totalidad para reflexionar y dar gracias al Eterno Padre en el Nombre de Jesucristo por todo lo que nos ha dado y dará.
domingo, 28 de noviembre de 2021
LA VERDADERA FUERZA
Por John David
¿Por qué hay jóvenes que no logran alcanzar la victoria?
Jóvenes que han sido criados en hogares cristianos, enseñados en nuestras escuelas cristianas y pastoreados en nuestras iglesias deberían estar bien preparados para vencer. Estamos muy agradecidos por todos los jóvenes fieles que hay entre nosotros, pero nos decepcionamos cuando vemos los fracasos de algunos. Satanás y sus huestes, junto con nues tras tendencias carnales, forman una gran fortaleza que es muy difícil de vencer. No debemos sentirnos satisfechos con que sean pocos los jóvenes que ceden a estos poderes. Las almas que se pierden van encaminadas a la destrucción eterna. iQué podemos hacer para evitarlo? Sabemos que Dios ha dado libre albedrío a cada persona. Nuestros jóvenes necesitan escoger entre Dios y la carne. Nosotros como padres e iglesias no podemos tomar sus decisiones, no importa cuánto deseemos hacerlo.
¿Debemos atrilbuir la culpa de los fracasos a los hogares no ideales? iO a la exposición de opciones de la comunicación electrónica? iO será que el problema es causado por las posesiones materiales "En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa, No pondré delante de mis ojos cosa injusta" (Salmo 101:2- 3).
Consideremos la exhortación a adorar apropiadamente como nos muestra 1 Corintios 14:15: "¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con disfrutarlas? junto con el tiempo libre Todas estas cosas pueden ser muy perjudiciales para la salud espiritual de nuestros jóvenes, pero la verdad es que estos perjuicios los podemos superar a través de la gracia que provee nuestro Padre celestial. "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mun- danos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras" (Tito 2:11-14). El poder del Dios todopoderoso está disponible para vencer, a pesar de los esfuerzos de Satanás para hacernos caer. para. el entendimiento; cantaré con el espí- ritu, pero cantaré también con el enten- dimiento".
La Biblia contiene muchos ejemplos de tal compromiso para hacer la voluntad del Señor. iSerá que este tipo de compromiso es el elemento que falta cuando el joven fracasa? iSe ha debilitado nuestra adora- ción a Dios por algún deseo egoísta? Un compromiso mediocre no nos llevará a la gloria. Dios conoce nuestro corazón.
Lucas 9:61-62 nos muestra la falacia de la falta de una decisión firme: "Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que Pero debemos examinar a nuestra generación y no solo a nuestros jóvenes.
Padres, abuelos, pastores, maestros, examinemos el suelo de nuestra propia vida. ¿Hemos permitido que las espinas del materialismo sofoquen la verdad que hay en nuestro corazón? iHemos permitido que el suelo pedregoso de una actitud de rebeldía consuma nuestro fervor por la verdad? ¿Ha caído la buena semilla de la verdad en el endurecido suelo de la indife- rencia, donde Satanás fácilmente la arrebata? A menos que el fruto del Espíritu esté creciendo en nuestra vida, vamos a encontrarnos en una posición débil para decirles a nuestros jóvenes que tomen su azadón y rompan el suelo duro que hay poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios". Jesús expresó la magnitud de su com- promiso cuando, acercándose a su pasión, oró: "Padre, si quieres, pasa de mí está copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42). iOh, si tan solo nuestros jóvenes llegaran a percibir por lo menos un poco de las bendiciones que un verdadero compromiso puede producir, aun si esto puede en ocasiones ser causa de dificultades!
Por eso, jóvenes, les decimos: Aprendan a estar firmes. Persistan en la verdad a pesar de lo que cueste, como lo hizo José ante la esposa de Potifar. Triunfen cuando ron los tres amigos de Daniel ante el enfu- recido rey, y triunfaron sobre las llamas. en su corazón. Primeramente sometamos nuestra vida a las podas de Dios y luego ayudemos a nuestros jóvenes a alcanzar la victoria. todos nuestros jóvenes, a los firmes y a los que luchan, itomen ánimo! ¡Sigan en la batalla de la verdad! Si otros fallan, todavía tenemos al Autor de nuestra salvación que nos dará la fuerza necesaria para alcanzar la victoria. Aunque nuestra carne nos parezca fuerte, es pura debilidad aferrarnos a los deseos egoístas a costa de la vida eterna. Por el contrario, la fuerza verdadera está en entregar al Señor nuestra vida y humildemente persistir en la verdad. Cuando vayamos al cielo, estaremos felices de haber hecho e esfuerzo. La Corona te espera, y vas a vencer.